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Si ve carros tirados por parejas de caballos
o gente montada en asnos o camellos,
que mire con mucha atención.»

Y el que vigilaba gritó:
«En mi puesto, Señor,
permanezco todo el día,
y noche tras noche me mantengo vigilante.
Y veo venir un carro tirado por un par de caballos.»
Alguien dijo entonces:
«¡Cayó, cayó Babilonia!
Todas las estatuas de sus dioses
quedaron por el suelo hechas pedazos.»

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